Cuando enfrentamos la inevitable muerte, la de otro, además de los sentimientos personales están los registros colectivos, que son muy fuertes en una sociedad como la atacameña, familiar y organizada según clanes.
Desde esas relaciones y lazos, se han elaborado muchos rituales y costumbres, que además de ayudar a superar la situación en niveles personales y sociales, reflejan cuales son las creencias sobre lo que hay al otro lado del muro infranqueable e irrevocable que es la muerte.
A continuación publicamos una descripción de los ritos fúnebres, realizada por Valentina Cartes, alumna del 2° año del liceo, en 2014
Si bien hay algunos asuntos discutibles, en general es una buena introducción al tema.
Nosotros convivimos día a día con la naturaleza y esta se comunica con nosotros. Creemos que nos anuncia hechos por eso estamos siempre pendientes de ella. Las creencias que hemos recibido de nuestros antepasados nos han enseñado que la tierra se venera y respeta, que nuestros abuelos tienen que estar siempre presentes en nuestra memoria y que no se debe olvidar las almas de nuestros difuntos.
¿Que son los ritos fúnebres?
La muerte no deja a nadie indiferente en tierra atacameña. Es recibida, aceptada y vivida por los dolientes y la comunidad. Los ritos fúnebres, en San Pedro de Atacama, se llevan a cabo durante todo un año. Cada rito tiene un sentido y significado particular.
Algunos son realizados por los dolientes mientras otros sólo pueden ser presididos por un médico-yatire.
Apenas muere una persona, las campanas de la iglesia del pueblo doblan anunciando la partida.
Tipos de ritos fúnebres
La preparación del cuerpo
Cuando una persona muere la familia viste al difunto con su mejor ropa y agrega sus bienes más significativos: su sombrero, su poncho, su bastón, la manta, la frazada etc.
Antiguamente se vestía al difunto con una bata blanca de una sola costura, el aksu, y se amarraba en la cintura una soga de lana esquilada, blanca y negra, hilada a la izquierda, elcíngulo.
El velorio
Aquí se prepara la casa para recibir al difunto y a las personas que vendrán a despedirse. Se despeja la sala, se riega el piso de tierra, se disponen bancas. Alrededor están las velas y a los pies las flores. Sobre el ataúd se pone un pequeño vaso con agua bendita y una flor y, debajo, un lavatorio enlozado con agua para mantener el cuerpo.
En el velorio se reúne mucha gente. Al entrar van al ataúd. Con la mano izquierda toman la flor con agua bendita y hacen la señal de la cruz sobre el vidrio. Le dirigen unas palabras en silencio y se persignan. Luego van hacia los presentes, saludan en voz alta, prenden sus velas, depositan sus flores en baldes, dan el pésame a los dolientes y toman asiento.
El cambio de velas
A las doce de la noche se hace el Cambio de Velas. La familia se retira y cada persona tiene que llevar una vela
Ahí la familia compartirá, por última vez, con el alma del difunto. El Maestro y su ayudante también asisten, ellos se hacen cargo de las coplas y de que todo se lleve a cabo
Sobre una mesita se pone un plato y ahí se va depositando el cigarro que uno fuma, la coca y el trago que uno toma. Cada persona tiene que presentar su tinca y servir a cada uno de los presentes. Todo se comparte con el alma.
El entierro
Muchos acompañantes se quedan hasta el amanecer, otros se retiran en la madrugada o llegan al día siguiente muy temprano. Un grupo se va al cementerio a cavar la sepultura y los demás se quedan en la casa preparándose para el entierro.”
Hay personas que todavía siguen la costumbre de matar el perrito del difunto para que lo acompañe en su viaje. Justo antes del entierro lo alimentan bien y lo matan. Cuando se lleva afinado al cementerio también se lleva al perrito pero, al llegar al pueblo, se toma otro camino para que los carabineros no lo lleven preso a uno por haber matado al animalito. Él se entierra fuera del cementerio.
El velorio de las ropas
Ocho días después del entierro se pide una misa por el difunto y se organiza, un nuevo velorio pero, esta vez, sin cuerpo presente. En la misma sala donde se veló al difunto se pone su ropa sobre una mesa, esa ropa que él usaba a diario. Se forma el cuerpo y así se vela. El Velorio dura toda la noche y es igual que el velorio con cuerpo presente. Se rezan los mismos rezos, se cantan los mismos cantos sagrados, se pone el agua bendita, las flores, todo. Pero no se lleva la cruz
La separación del alma y borrar el pujllu
Ese mismo día, antes del Velorio de las Ropas, se tiene que borrar el pujllu y una vez que el pujllu muere se puede hacer La Separación del Alma. Este ritual sólo lo puede llevar a cabo un yatire.
El pujllu es el alma del difunto. Cuando una persona muere el alma queda vagando y puede producir enfermedades. El mismo día de la misa se llama al médico-yatire para que borre el pujllu. Hay que atraparlo rápido porque el agua lo atrae y puede saltar a cualquier parte donde haya agua corriendo, puede ser un canal, el río cerca, una melga que se está regando o, incluso, si está en una casa de población donde hay una llave goteando y se forma un charco ahí va a ir el pujllu. Si se va por las aguas el alma no tendrá descanso.
Lo primero es preparar los materiales que se usan para hacer la separación. Junto la pluma, el monte y la paja y los amarro con un hilo doble, el lloque. Los dolientes están reunidos en la sala donde se están velando las ropas y forman un círculo. Le entrego a cada uno un amarro y empiezo a pasar la madeja de lloque por todos los presentes. Y se tiene que formar una cruz con el hilo. Cuando termino con los dolientes voy a las cuatro esquinas de la pieza y las cortajeo también. Lo mismo hago en la puerta, las ventanas, se cortajea todo. Después se amarra el lloque en la muñeca izquierda. Cada persona tendrá su pulsera. El hilo no se puede sacar, se tiene que caer solo y tampoco se puede recoger
Lavatorio
Se lava toda la ropa que se va a guardar. Van al río, ahí se echa el agua y el detergente, se lava la ropa y después uno se mete al río para enjuagarla. Se enjuaga en el río porque el río corre siempre y borra todo. Se lava porque la ropa aún conserva el polvo, el olor, las huellas del difunto.
Se tiene que lavar todo la cama, las frazadas, sábanas, todas las pertenencias del difunto que se van a guardar.
Por ejemplo, el catre, la mesa, las sillas,etc. todo tiene que quedar limpio. Lo que no se puede lavar en el río es con un paño. Cuando está todo seco se guardan en un cuarto chico que se cierra por un año. Esa ropa que se guarda se visita durante el año, se le lleva flores, agua bendita y se reza.
La mesa de Todos Santos
El 1° de Noviembre es Todos Santos. Cuando el difunto falleció ese mismo año se prepara una mesa grande para recibirlo ya que según nuestra creencia las almas vuelven a sus casas para esta fecha.
La preparación comienza la noche antes y cuando ya está punteando el día la mesa tiene que estar lista. Lo primero que hay que poner es agua, ulpada, cigarros y coca porque las almas llegan cansadas. Hay que ver cómo era la persona en vida, por ejemplo si era alojero hay que ponerle su buena tinca de aloja. Ha pasado muchas veces que uno le pone el trago que más le gustaba al difunto y, de repente uno mira, y ya no queda nada en el vaso…
El ulpo se seca, quedan puros conchos ahí donde se dejó la jarra llena. Eso pasa porque las almas llegan, dentro de la creencia que uno tiene ¡las almas vienen! Existen muchas pruebas de esto.
El cabo de año
Es cuando la gente se saca el luto. Se manda a hacer una misa, se va al cementerio y después a la casa. Ahí los dolientes hacen un almuerzo. Después del almuerzo la familia directa del difunto se encierra en una pieza, llevan tincas y el maestro va a buscar dos personas que no sean de la familia, la mujer va a desvestir a las mujeres y el hombre a los hombres.
Al mismo tiempo se está coplando, coqueando, fumando y compartiendo las tincas. La demás gente está esperando en el patio. La ropa que se sacaron se guarda, se quema o se bota, ya no se usará más. Antes de salir de la pieza se hace una oración y cuando salen al patio todos van vestidos de color, la viuda con su novio o el viudo con su novia, bailando trote.
Ahí empieza la fiesta, el juego, la chacota. Se hace un casamiento, con coronas y flores, les regalan tarros viejos para que armen su nueva casa, ya pasó el duelo, el luto, la tristeza, se pueden alegrar y bailar.