LaipinHabá (MEMORIA)

Territorios

Tanna'ckatchbi 10 de Septiembre de 2020 Visto 1752 veces
1913
1935
1955
2006
2018

Hemos dicho que pretendemos ser un campo abierto donde nuestro conocimiento y cultura se deposite, se discuta y jamás se consolide.

Si, está correcto. No queremos fijar ni convertir nada en una estatua de piedra.

Por eso no pretendemos dar palabras definitivas, sino puntos de vista, miradas, incluso desencuentros.

No como un museo donde contemplamos un pasado que ya fue, sino como un depósito, una reserva de materiales desde los cuales dar respuestas y generar respuestas para nuestra historia del futuro.

Por eso lo que llamamos historia para nosotros no es algo estático. Por eso es que incluso los materiales que tenemos por fijos y definitivos van a ser transformados.

¿Quién sabe, por ejemplo, si un día no parece alguien que nos cuente que su abuelo le contó que un día de primavera allá por 1937, el escuchó un ruido extrañó, se asomó y vio pasar un avión, y lo que pasó luego con ese descubrimiento?

¿No nos ha pasado a nosotros que en ese almuerzo del domingo una tía que se encontraba  a gusto y en confianza, nos cantó unas coplas de su infancia, y a través de eso descubrimos que son las mismas que escuchamos el año pasado en una tarde de vacaciones en Tilcara? ¿Y luego otro tío nos recordó que en sus tiempos de juventud en el carnaval había tres ruedas?

Más de alguien dirá ¿y eso que nos importa frente a los desafíos del presente y sobre todo del problemático futuro, cuando no sabemos como va a funcionar nuestra economía?

Ah, pero es que  la historia de 1937 nos enseña que a partir de ese momento, San Pedro subsistió sin la gran riqueza que le duró 50 años. ¿Y como lo hicieron?
Respondiendo a la realidad, como tendremos que hacer nosotros. Y miren ustedes, esa respuesta pasó por abarcar más espacio, no menos…

La historia del pueblo atacameño, ckunsa, lickanantay (*) no es  la historia de San Pedro de Atacama. El hecho de que haya más atacameños en Calama no se debe solo a una migración hacia lo urbano, como en el caso mapuche.

Calama era una aldea atacameña cuando llegaron los españoles. Como Beter, Toconce y Chiu Chiu, por nombrar solo tres.

Lo que ahora es Chuquicamata, ya era una explotación minera atacameña y Camac Mayu (Río Grande) trabajaba los metales mucho antes que los incas se anexaran políticamente este territorio.

Ni siquiera podemos ceñir nuestro territorio a un país llamado Chile. Hay mucho más.

Pero aquí no pretendemos volver sobre reivindicaciones territoriales o informes Datura, o peticiones de cientos, miles o incluso millones de hectáreas.

Aquí buscamos entender como se despliega esta nación, desde donde se originan sus lazos y como es que realmente habitamos un territorio. Que no significa ser dueños. O si. Pero no de la forma en que se entiende en “occidente” la posesión.

Queremos revisar la historia, especialmente en el último siglo y medio, porque durante esos años aumentó la negación sistemática de lo indígena.

Se negó, se ocultó y se despreció lo indígena del territorio. Tanto que muchos de nosotros ni siquiera supimos que éramos indígenas.

Temas largos, temas complejos. Temas que abordamos por eso mismo.

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(*) Consideraremos, por ahora, esos tres términos como sinónimos. Ya ven que nos gusta meternos en las patas de los machos

LaipinHabá (Mirar atrás)
Memoria

Dicen que el que no aprende de la historia, esta condenada a repetirla. También hay quien dice que lo único que nos ha enseñado la historia es que no aprendemos nada de la historia.

LaipinHabá (Memoria) es un espacio para revisar nuestra historia, frente a los desafíos del presente y sobre todo del problemático futuro.

Desde Toconce y Caspana, arriba en el alto Loa, hasta Peine, en el extremo sur del Salar, pasando por Calama, la ciudad de Cobre, pretendemos recorrer la historia más próxima, con el fin de conocernos mejor y también de encarar mejor nuestro futuro.

Desde Ckunsa Ttulva, Centro de Pensamiento Atacameño, consideramos fundamental conocer nuestra propia historia. La memoria es parte fundamental de la identidad de un pueblo.

Hemos dicho que pretendemos ser un campo abierto donde nuestro conocimiento y cultura se deposite, se discuta y JAMÁS SE CONSOLIDE.

Si, lo dijimos bien. NO QUEREMOS FIJAR ni convertir nada en una estatua de piedra.

No queremos palabras definitivas, sino puntos de vista, miradas, desencuentros.

LaipinHabá  no será una visita a un museo decimonónico, donde contemplamos un pasado que ya fue, sino la construcción de un depósito, una reserva de materiales con los que generar respuestas para nuestra historia del futuro.

Bainí'mincktur